Amanezco muy temprano para acercarme al aeropuerto de Son Sant Joan, pues tenemos que tomar el vuelo AB7743 con destino Berlín Tegel para ya posteriormente coger el vuelo AB7248 hacía el aeropuerto JFK de Nueva York.
Facturo en el mostrador de Air Berlín y me aseguran que las maletas llegarán sanas y salvas a Nueva York y que no tengo que preocuparme hasta entonces. (¡Cruzo dedos!)
Una cosa importante que no sabe la gente cuando compra vuelos, es que es muy importante que los vuelos estén conectados a través del mismo billete. De esta manera, aunque tengas 3-4 escalas, es la aerolínea que te ha vendido el billete, la responsable de que vayas a tener tiempo suficiente entre vuelos para coger esas escalas, o en caso de que tu avión se retrase, embarcarte en otro sin costo para ti.
Por suerte, me monto en el avión con destino a Berlín y fruto del cansancio de la noche anterior, me duermo en mi asiento (lo que provoca que me pierda el pequeño aperitivo que dan en el avión: un bocadillo y un zumo).
Una vez llegados a Berlín, unas de mis preocupaciones dentro del aeropuerto, era ver si me iba a dar tiempo o si iba a saber llegar a la terminal de la que salía mi vuelo destino a Nueva York. Por suerte, entre el mapa que he mirado antes de salir de casa, del aeropuerto, las preguntas que le hago a un policia alemán del aeropuerto y que la verdad, está bastante bien señalado, llego sin problema a mi puerta de embarque.
El aeropuerto de Tegel es un poco viejo, y al menos la terminal en la que estoy, me recuerda mucho a esas películas de los ochenta ambientadas en aeropuertos.
Tras pasar un super exhaustivo control de seguridad (hasta le hacen pasar a la gente por una especie de detectores, las bebidas, vinos, etc que hayan ido comprando en el duty free), me encuentro en el que será mi primer vuelo transoceánico a bordo de un flamante A330.
No puedo decir, ahora que he viajado un poco más, que haya sido el mejor avión que he volado, ni que tuviera muchas peliculas y divertimento a bordo (de hecho, en ese color las aerolíneas que vuelan a Asia, hasta ahora le han dado mil vueltas a mis vuelos hacia América), pero se me pasa relativamente rápido el viaje y aterrizamos por la tarde en el aeropuerto de JFK.
En la frontera me tiro casi una hora, mientras el oficial va pasando uno por uno, para mostrarle el pasaporte, hacerte preguntas acerca de por qué vas allí, cuanto tiempo te hospedarás, etc. Aunque yo hablé en inglés, vi a bastante gente hispanohablante hacerlo en castellano, así que creo que no tendrás mucho problema si no hablas un buen inglés.
Al fin una vez pasada la frontera, recupero mi maleta y me dispongo a marchar hacia Manhattan, donde está ubicado mi
hotel. Una curiosidad sobre las maletas, es que en EEUU la autoridad, te pide que si le vas a poner un candado a la maleta, sea de tipo
TSA. Ojo con poner otro tipo de candado, o puede que ellos mismos te abran la maleta de la manera que convengan, si es motivo de una inspección (y acabe tu maleta rota o inservible).
Lo primero que hago es coger el
AirTrain que conecta el JFK con Jamaica Station, estación donde puedes coger múltiples transportes diferentes para llegar a Manhattan u otras zonas de Nueva York. La compra del Air Train es relativamente sencilla en cualquiera de las máquinas que existen, o si tienes algún problema hay tiendas alrededor donde también te podrán ayudar a conseguirlo.
Yo me decanté por la opción de coger en Jamaica Station el LIRR, aunque también tienes la estación de metro. Lo cual no quiere decir que desde el propio aeropuerto, si quieres, puedas coger un taxi destino a Manhattan. (¡Ojo con las propinas a los taxistas, recuerda que en EEUU siempre hay que dejar una propina de al menos el 10-15%!)
Una vez en
Jamaica Station, sigo las indicaciones para coger el
LIRR (es una especie de tren de cercanias que conecta Nueva York con Long Island). Para comprarlo me dirijo a una la taquilla, y me lo dispensan rápidamente.
En mi caso, viajé con dolares desde España ya cambiados, además de en una época en la que el cambio Euro - Dolar era muy muy ventajoso. Ahora mismo es más que probable, que el cambio sea mucho peor, pero por lo general trato de viajar solo con una pequeña parte cambiada, y el resto lo cambio en destino. Generalmente en el país de destino te hacen mucho mejor cambio.
Una vez en
Penn Station me dirijo al hotel andando por entre las calles y alucino con los inmensos rascacielos que me rodean. Hay un ambientazo. Para mí que vivía en Mallorca por aquel entonces, era sorpresivo la cantidad de gente que había saliendo de la boca de metro, y toda la gente que andaba por la calle.
Al final mi amigo Fred de Canadá, decidió unirse unos días al viaje desde allí, por lo que quedamos en frente de su hotel, que está junto al mío y vamos al
Top of the Rock, uno de los lugares recomendados para subir y observar tanto
Central Park, el
Empire State Building, el edificio
Chrysler, así como el nuevo
World Trade Center.
Los tickets se compran abajo del edificio en unas máquinas que hay y luego ya te suben en un ascensor super chulo hasta arriba, y vas subiendo por escaleras en los diferentes niveles. Te recomiendo que si llegas por la tarde como nosotros, sea la primera visita que hagas, antes de que empiece a anochecer, para ir viendo cómo progresivamente se van apagando las luces, conforme se hace de noche.
