Para ello nos dirigimos al barrio de Harlem andando (nos apetecía andar, y por eso estuvimos todo el día andando de arriba, para abajo), pero obviamente si eres menos amante de andar, puedes usar el metro. Aquí encontrarás su web oficial con las diferentes líneas.
Hay diferentes iglesias que permiten a cualquier turista adentrarse y vivir la misa Gospel. Generalmente tiene una primera parte más musical y a la mitad de la misa, cuando va a empezar un poco más el sermón, te piden que por favor si no estás interesado abandones la misa, para no molestar a los demás.
En nuestro caso nos decidimos por visitar la Bethel Gospel Assembly. Y nos encantó. Fue una especie de mezcla entre señoras cantando a lo Aretha Franklin y un párroco cantando como si fuera un Rolling Stone. Simplemente impresionante.
Una vez fuera nos dimos una vuelta por el barrio de Harlem. La verdad es que la impresión de que eres el único turista, y siendo precisamente muy "blanquitos" pues impresiona un poco, pero no hay una sensación especialmente grande de peligro y yo al menos no tengo constancia de que sea un barrio peligroso, al menos de día.
Una cosa de Harlem que no debe perderse uno es su famoso Teatro Apollo donde dió sus primeros pasos por ejemplo Michael Jackson.
Una vez visitado Harlem y su bonita arquitectura, vamos bajando por el lado oeste de Manhattan (por la novena avenida) dando un paseo y haciendo una parada para tomar un café y comer.
Pasamos por delante del mercado de Chelsea donde hay un montón de gente aún por el desfile del orgullo gay (coincidimos sin saberlo y la verdad es que el ambiente era espectacular).
Hacemos una parada en el High Line un sitio imprescindible, donde por desgracia la policia por motivos de seguridad, acaba cerrando el parque.
El High Line era un antiguo trozo de metro, que una vez acabada esa línea se decidió reconvertir en un parque. Tienes fuentes para refrescarte, o incluso meter los pies y unas tumbonas de lo más cómodas. La verdad es que tiene un ambiente muy chulo y merece la pena pasar un rato por la tarde, descansando agradablemente.
Una vez reposados, seguimos bajando yendo a la oficina de Google (los que me conocen sabrán que como buen informático, tenía que visitar aunque fuera la fachada) y de hecho tenían las letras en honor al día del orgullo gay.
Ya próximos al distrito del Meatpacking decidimos dejar de callejear y volver al hotel andando y viendo de camino dos de los edificios más representativos de Manhattan: el Flatiron y el Empire State Building.
Tras hacer un parón en el hotel (no en vano nos hicimos andando Manhattan de arriba a abajo), fuimos a un bar neoyorkino, que tenía un ambiente muy auténtico (parecía sacado de una serie) y nos tomamos un bocadillo de Philly Cheese Steak para chuparse los dedos...
El restaurante por si os interesa era éste.
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