• Nueva York - 9 días

    Sumérgete entre los rascacielos y calles de Nueva York.

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    Atraviesa Laos, siéntete Lara Croft en las ruinas de Angkor, monta en tren de bambú y acaba en Bangkok.

  • Japón - 9 días

    Duerme con yukata y explora el país de la tecnología y las geishas.

  • Próximamente

    Piérdete por la inolvidable Patagonia, sube a las torres del Paine y finaliza en las increíbles cascadas de Iguazú.

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julio 31, 2018

Día 7 - De la ancestral Kamakura a la modernidad de Akihabara

Hoy me levanto temprano porque me espera un día cargado, quiero ir por la mañana a Kamakura y posteriormente seguir visitando los diferentes barrios que me faltan de Tokyo.

Tras preguntar y enterarme de que no hace falta reservar sitio en el tren a Kamakura , en  poco tiempo me planto allí y al ser temprano, decido esperar un rato tomando un buen café en el Starbucks (y de paso revisar en Internet los mapas que no pude descargarme en España).

Lo primero que visito es el monumento más conocido de todo Kamakura: el Daibutsu.


julio 24, 2018

Día 6 - Primer día en Tokyo: Ginza, Odaiba, Tsukiji, Harajuku y Shinjuku

Despierto en mi nuevo alojamiento, enfundado en el yukata y me dispongo a coger la línea Yamanote para Ginza.

Ginza es una de las zonas de Tokyo donde se concentran las grandes marcas, boutiques, etc. Pero como una vez más he madrugado mucho, no se ve tampoco demasiado ambiente. Diría que de noche, seguramente es mucho más espectacular (como casi todo en Tokyo, que suele estar iluminado de una manera muy característica).




Aquí cometo la primera locura del viaje, no se me ocurre otra cosa que darme un paseo hasta... !Odaiba¡

Al principio pensaba que la distancia no sería tan larga, pero conforme iba andando y crucé alguno de los puentes colgantes que hay alrededor de Tokyo, me di cuenta de que la idea había sido una auténtica locura. Hacedme caso. Usad el metro.




Tras dos horas de caminata, me dispongo a ver algunas de las cosas más interesantes de Odaiba. La primera de todas es el Rainbow Bridge (Puente Arcoíris), que debe su nombre a que es muy parecido al famosos puente de Brooklyn, con la particularidad de que se ilumina como un arcoíris de noche.





También se encuentra la réplica de la Estatua de la Libertad (sí, ya veréis que no es el único monumento que tienen como réplica) y el peculiar edificio de la televisión Fuji TV.




Después me dirijo hacia otro icono de la ciudad de Tokyo: El guerrero Gundam.
Este guerrero gigantesco, que se ubica a la entrada de un centro comerial, hace pases moviendo los brazos e iluminándose, cada cierto periodo de tiempo.



Una vez hechas las fotos pertinentes al espectáculo, dudo si ir al Legoland (una especie de museo gigantesco lleno de Legos), pero había leído en algún foro que si ibas solo y sin niños, te miraban un poco raro, e incluso había personas que no habían podido entrar por eso, por lo que me voy al Museo Miraikan.

¿Qué decir de un museo como esté en Japón? Pues aparte de una bola digital del mundo colgada del techo (que es preciosa), hacen pases del robot Asimo (merece la pena verlo), tienen desde salas donde explican cómo funcionan las células madre, hasta una réplica de un minisubmarino donde puedes entrar. La verdad es que merece la pena si os gusta la ciencia.








Tras la visita, como tengo hambre, pongo rumbo hacia el mercado de Tsukiji, alrededor del cuál se encuentran un montón de restaurantes y puestos de sushi (no en vano es uno de los mercados de pescado más grandes de la ciudad). También es posible madrugar mucho e ir a la hora a la que subastan el atún, pero ya os digo que hay que madrugar mucho mucho mucho y además llegar pronto, puesto que ahora limitan el aforo de persona ajena al mercado donde entrar.



Veo que hay un puesto de sushi con una anciana apacible, y mezcla de imaginarme una jubilación haciendo sushi en mi tiempo libre, que realmente tenía hambre y parecía simpática la señora, le compro algo de sushi para llevar y comerme en un parque cercano.



Luego me acerco a ver la Torre de Tokyo (que sorprendentemente me recuerda a un monumento famoso, pero no caigo... ¡Que no hombre, que ya sé que se parece a la Torre Eiffel!)




Una vez dejado atrás el sentimiento parisino, voy a otro de los barrios más auténticos de la ciudad: Harajuku. Este barrio tiene la particularidad de que podemos encontrar tiendas de las diferentes tribus urbanas que se encuentran en la ciudad. Aquí igual te encuentras a una lolita, que a una persona haciendo cosplay, aquí todas las vestimentas tienen cabida.




Entro en un Daiso, que es un "todo a 100 yenes" de varias plantas, pero la verdad es que al final no acabo viendo nada que merezca la pena. Me defraudó un poco.

Una vez hecho esto, y tras frustrarse el encuentro con mi amigo Patxi, que estaba por Tokyo y con el que planeábamos ir al restaurante de Alicia en el País de las Maravillas (sí, como lo oís, hay un restaurante con esa temática en Tokyo), me voy dando un paseo hacia Shinjuku, que no me agobia tanto como ayer...





Y decido volver al hostel, a dormir como un lirón, que mañana toca... ¡La bonita Kamakura!

julio 12, 2018

Día 5 - Acabamos de ver templos de Kyoto y nos vamos a Tokyo!

Amanezco en lo que será mi último día en Kyoto, y tras dejar preparada la mochila en el ryokan y agenciarme algo para desayunar por el camino, me monto en el autobús 205 para ir rumbo a los últimos templos de esta bonita y tranquila ciudad.

Primero visito el templo Ryoanji donde hay un bonito jardín zen. Da gusto sentarse por la mañana, un poco adormilado, mirar hacia las piedras y dejarse ir de esta vida terriblemente llena de estrés y estímulos que tenemos. Me imagino que era un poco la idea del curioso jardín.

Una vez visitado este jardín, vamos al templo Kinkakuji, también conocido como pabellón dorado. Reconozco que es el templo más bonito de todos los que vi y eso que en foto, no me hacía ni fu ni fa.



Los jardines que rodean al templo son bonitos, pero ver el templo todo dorado, con esos árboles alrededor y el lago...¡Es precioso!


julio 11, 2018

Día 4 - Nara y Fushimi Inari

Me levanto de nuevo bastante temprano y me dirijo a la estación de trenes a coger el tren a Nara.

A esta hora el tren bala no funciona, por lo que cojo otro tren que tarda 77 minutos, lo cuál no es un problema, porque es bastante pronto y tenemos tiempo de sobra. Lo bueno de tener el JR Pass como ya comenté, es la facilidad para poder coger un tren u otro, a tu gusto y sobre la marcha.

Una vez llego a Nara me dedico a vagabundear puesto que no han abierto aún el templo Kofukuji, por lo que empiezo a juguetear con los ciervos, comprando galletas que te venden en puestos a lo largo del parque.




La verdad es que el entorno de Nara es algo precioso, diferente de cualquier sitio en el que hayas estado, debido a la presencia de templos a tu alrededor, junto con ciervos en libertad, que se te acercan para que les des de comer. Como lleves una de las galletas que les gustan, te las huelen hasta dentro del abrigo y te seguirán, pero tranquilo, no son peligrosos.

Impresiona, además, ver el respeto que hay hacia los ciervos, puesto que aunque ellos crucen por en medio de la carretera para ir de un lado a otro del parque, todos los coches paran y esperan el tiempo que haga falta a que pase el ciervo (sin bocinazos, ni malas maneras).

julio 09, 2018

Día 3 - De templos por Kyoto (pero no todos, ¡Que hay muchos hombre!)

Amanezco muy temprano fruto del Jet lag, si bien es cierto que he dormido un montón de lo cansado que había llegado.

Me enfundo el abrigo porque estamos en Enero y hace algo de frío en Kyoto, aunque nada fuera de lo normal si lo comparamos con España, y lo primero que hago, es comprar algo para desayunar por el camino en alguna de las tiendas estilo FamilyMart que hay, y voy a la estación a sacar un par de tickets de día para el autobús, dado que los voy a usar hoy y dentro de un par de días para visitar los diferentes templos que tengo apuntados.