Para el día de hoy decido visitar Nikko, otra de las ciudades cercana a Tokyo y que tiene bastante tradición cultural debido a sus templos y a la importancia histórica de su pasado.
Me monto en el tren y lo primero que hago es cruzar el puente Shinkyo, icónico de Nikko. Para entrar en el puente, tienes que pagar, cosa que hago, pero la verdad no me llena excesivamente.
Aquí voy a visitar algunos de los templos que traía marcados como importantes, que son el Rinnoji, el Sabutsudo, el Tōshō-gū y el santuario Futarasan. Todo ello está prácticamente al lado de la estación y no tendréis muchos problemas para encontrarlos.
Como característico de Nikko, uno de los templos más famosos es el que contiene a los llamados por el budismo "Tres monos sabios", pero que la mayoría de nosotros serán conocidos como "Los monos del Whatsapp". Mizaru es el que se tapa los ojos, Kikazaru el que se tapa las orejas, e Iwazaru que cubre su boca. Eso ejemplifica el: no veo el mal, no oigo el mal y no pronuncio el mal.
También está la tumba de el shogun Tokugawa Ieyasu (una especie de valido del emperador) que es una personalidad gran histórica del Japón del siglo XVI.
Nikko me pareció bonito pero no me entusiasmó. Que fue fruto del cansancio, o de que ya había visto demasiados templos (había leído en muchos sitios, que si vas a Kyoto, elijas entre ir luego a Nikko o a Kamakura porque si no es posible que acabes saturado de templos). A posteriori, entre Nikko y Kamakura, creo que elegiría Kamakura siempre que no tenga tiempo para visitar también Nikko.
Para la tarde, había pensado escaparme desde Nikko a sus famosas cataratas Kegon en el lago Chuzenji. Esta zona de lago, era un sitio que había leído que es muy bonito y agradable para pasear y estar allí. Pero como estaba ya cansado, me marché a Tokyo, no obstante si tenéis tiempo os recomiendo que lo visitéis y nos comentéis vuestras opiniones.
En Tokyo por la tarde me dediqué a comprar recuerdos.
Primero fui a Akihabara a por algunas figuras que había visto el dia anterior y quería traerme de recuerdo.
Luego fui a Shinjuku a hacer fotos a los grandes rascacielos, que el primer día fruto de lo gigantesca que me pareció su estación, no había disfrutado del todo.
Y por último me acerqué a una tienda "Don Quijote" a comprar algunos recuerdos chulos, como unos calzoncillos de Shinchan. La tienda me gustó mucho más que el Daiso (el famoso todo a 100 yenes) y la verdad es que os recomiendo que como poco entréis, porque hay un montón de cosas.
Y tras comerme un dorayaki y enfundarme el yukata, voy a dormir para poder disfrutar mañana de mi último día en Japón: donde intentaré ver sumos, visitar el bonito barrio de Asakusa y el parque de Ueno.
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